El Colegio de Médicos de la Provincia de Cáceres (1898-1936).

Colección: Coediciones.
ISBN:84-7671-922-1
Año de edición:2006
Disponibilidad:
Autores:
José Luis Mañas Núñez

Número de páginas:361 p.
Precio: 15 €.
Medidas: 23,5 x 16,5  cms.

Descripción:

Coedición con la Universidad de Extremadura. Lo que en este libro se investiga es la aventura corporativa de la clase médica cacereña –plenamente vinculada a la historia española- durante el primer tercio del siglo XX. En 1900 se funda el Colegio de Médicos de Cáceres con la ilusión de aunar fuerzas para hacer frente a los condicionantes del ejercicio de la profesión en esta provincia: baja densidad demográfica, población muy rural, escaso desarrollo y dinamismo económico, pervivencia de una estructura social arcaica, bajo nivel cultural, secular incomunicación, elevadas mortalidad y natalidad, plétora de profesionales médicos y la presencia muy arraigada del caciquismo.

La institución recién creada se fue fortaleciendo poco a poco y contribuyó a la modernización de la clase médica cacereña. La actividad del colegio, impregnada por el espíritu regionalista e intereses convergentes, se centró en el control de las faltas ético-deontológicas del ejercicio médico; en la protección de los profesionales respeto de las injerencias y abusos de las poderosas estructuras caciquiles; en el establecimiento de igualas mínimas; en la intermediación con Hacienda para el pago de la Contribución Industrial; en el diseño de entidades de previsión (Sección de Pensiones, Mutualidad Médica de Cáceres con Sección de Invalidez y de Vida y la Caja de Beneficiencia); y también participó en la política sanitaria nacional (peticiones al Rey y propuestas de creación de un Montepío Médico Nacional). Su buen asentamiento evitó la dispersión corporativa en el asociacionismo extracolegial. Desde las dos revistas que publicó se realizó un perseverante discurso apologético sobre la colegiación obligatoria, con el objetivo claro de fortalecer la institución en base al proselitismo corporativo, ya que buena parte del siglo XIX sirvió para demostrar que las necesidades de una clase profesional no se satisfacen con la desunión.