Colección:
Geografías.
2
ISBN:978-84-9852-627-1
Año de edición:2020
Disponibilidad: Sí
Autores:
Antonio Gutiérrez Sánchez
Número de páginas:312 p.
Precio: 12 €.
Medidas: 21x14
cms.
Descripción:
"...existía un pequeño señorío sito al norte del de Alburquerque y Azagala que fue entregada a un súbdito
del Rey Enrique III de Inglaterra y Señor de Irlanda, pocos años antes de la celebración el 18 de octubre de 1254 del matrimonio de Eduardo, su primogénito (quien luego sería coronado como Rey Eduardo I, denominado "El Zanquilargo"), y Leonor de Castilla, hermanastra de Alfonso X “el Sabio”, en reconocimiento al acercamiento que, tras dicho himeneo, existiría entre los dos reyes. Más bien, aquella pequeña heredad fue cedida como regalo del rey castellano al príncipe Eduardo, tras la insistencia de uno de los protegidos del futuro rey de Inglaterra a ubicar su morada en dichos lares, por el cariño que le tenía a los
mismos tras haberlos conocido tiempo atrás cuando fue invitado a varias cacerías que se celebraron por dichos pagos.
Y este favorito de “Longshanks” (como se denominaba en inglés a “El Zanquilargo”) era conocido como sire Ailbert de Berwick, un caballero inglés de madre escocesa que pertenecía a la corte de Enrique III. Se trataba de un joven de unos veinticinco años de edad, alto y delgado, pelirrojo y de barba corta, amigo desde la infancia del príncipe Eduardo, quien, en reiteradas visitas que hizo a aquellas tierras de fuertes manchas, soberbios alcornocales y profusos encinares que constituían los montes abruptos situados al norte de la villa de Alburquerque, se enamoró de sus altozanos y bosques espesos, salvajes y fragosos.
No son infrecuentes los misterios en la España medieval, como el que rodea la desaparición del Medallón del
Señor de Alburquerque o la presencia fantasmal que atemoriza a quienes viven en los alrededores de uno de
los castillos que vigilan esa comarca.
Simón, verderer -es decir, guarda forestal en la tradición británica- que por una paradoja de la historia trabaja como vasallo de un señor inglés en tierras extremeñas, capaz de una intuición y sentido común extraordinarios, se enfrentará a esos misterios.
Reseña:
La inquietud por la conservación de la naturaleza y el ejercicio de la literatura han marcado la trayectoria de Antonio Gutiérrez Sánchez (Mérida, 1964): al tiempo
que desarrolla su actividad profesional en el Centro de recuperación de fauna silvestre accidentada de Badajoz, y más tarde como Agente de Medio Ambiente en Extremadura, es autor de tres volúmenes en los que comparte esas experiencias -Oak, vivencias de un Agente Forestal (2008),Crónicas de un Agente Forestal en Extremadura, Oak II (2011), y Vivencias y confesiones de un Agente Forestal, Oak III
(2017)- así como de dos novelas, Cariyárbur y Caballo Blanco, publicadas en 2011 y 2014.